
INTERNATIONAL NARCOTICS AND LAW ENFORCEMENT SECTION
BOGOTÁ - COLOMBIA
CONTRAPARTES EN LOS PROYECTOS DE JUSTICIA E INICIATIVA ESTRATEGICA

Juan Manuel Santos se preparó toda su vida para ser Presidente de la República, como lo fue años atrás su tío abuelo Eduardo Santos, y en 2010 lo logró al derrotar en segunda vuelta al candidato del Partido Verde Antanas Mockus. Nació el 10 de Agosto de 1951 en el seno de una familia poderosa en la sociedad colombiana. Es hijo de Enrique Santos, que fue uno de los directores y dueños del diario más importante del país, El Tiempo.
Su formación siempre estuvo orientada a una vida política. A los 16 años, después de pasar por varios colegios, incluyendo el San Carlos de Bogotá (donde estudió Andrés Pastrana), ingresó a la Armada como cadete, donde aprendió a ser disciplinado, metódico y respetuoso de las jerarquías militares. Luego, continuó su educación por fuera del país: estudió economía y administración de empresas en la Universidad de Kansas en Estados Unidos, y realizó posgrados en Economía, Derecho Económico y Administración Pública en la Escuela de Economía de Londres (London School of Economics) y la Universidad de Harvard.
Santos ingresó al sector público cuando, con apenas 24 años, su amigo Arturo Gómez Jaramillo lo nombró delegado de la Federación Nacional de Cafeteros en la Organización Internacional del Café, en Londres. Allí trabajó 9 años, incluyendo dos en los que también fue segundo secretario de la Embajada ante el Reino Unido, y conoció el mundo de la diplomacia económica.
Volvió al país para asumir la Subdirección del diario El Tiempo, cuyos principales accionistas en ese entonces eran la familia de su padre y la de su tío Hernando; en El Tiempo cubrió eventos como el fallido proceso de paz entre el gobierno de Belisario Betancur y las guerrillas, la oleada narcoterrorista que capitaneó Pablo Escobar y la Asamblea Constituyente de 1991.
Abandonó ese cargo para ingresar a la política cuando en noviembre de 1991 el entonces Presidente César Gaviria le ofreció, en su calidad de miembro del Partido Liberal, el recién creado Ministerio de Comercio Exterior, en medio de varios cambios de gabinete. El nombramiento de Santos, junto con el de Noemí Sanín en la Cancillería, fue uno de los palos. Santos estuvo en el Ministerio hasta 1994, cuando Ernesto Samper llegó al poder, y salió del gobierno ya con la categoría de presidenciable, a pesar de su juventud y del corto paso por el gobierno.
A medida que el proceso 8.000 avanzaba, Santos empezó a reunirse con personajes como Carlos Castaño y Victor Carranza para llegar a un "Acuerdo de Paz", que causaría la renuncia de Samper a la Presidencia. Su objetivo no se cumplió, y la polémica revivió cuando Santos acusó a Rafael Pardo, rival suyo en la campaña presidencial de 2010, por supuestamente haberse reunido con las FARC para evitar la reelección de Álvaro Uribe. La acusación era falsa, y tuvo el efecto de volver los ojos sobre la reunión que había tenido él mismo con personajes oscuros y con objetivos similares.
Después de esto, Santos formó el Partido de la U cuando, en 2005, el Partido Liberal expulsó a 15 congresistas por votar positivamente la reelección de Uribe y Santos propuso formar una disidencia uribista. Lanzaron candidatos a Senado y Cámara, y tras el rotundo éxito del partido y su posicionamiento como líder político, solicitó el Ministerio de Defensa. Uribe le otorgó el cargo el 19 de julio 2006. Era el cargo más importante en el gobierno de la Seguridad Democrática.
Durante su gestión como Ministro, las fuerzas militares dieron golpes contundentes a las FARC. Desarticuló numerosos frentes guerrilleros con acciones coordinadas entre ejército, policía, Armada y Fuerza Aérea, dio de baja a Raúl Reyes en la polémica acción militar en suelo ecuatoriano, reforzó la ayuda extranjera en temas de inteligencia militar y llevó a cabo la famosa Operación Jaque, rescatando entre otros a Ingrid Betancourt y los tres norteamericanos secuestrados sin dispara una bala.
Naturalmente, la opinión pública le reconoció estos méritos y le dio la notoriedad que buscaba para dar el salto a la Presidencia, a pesar de sufrir el escándalo de los falsos positivos, asesinatos selectivos de inocentes llevados a cabo por las fuerzas militares y presentados como bajas guerrilleras en combate.
Aunque esta práctica se llevó a cabo durante décadas, Santos nunca aceptó responsabilidad política alguna por las acciones de sus subordinados. Creó una comisión para investigar el tema y llevó a cabo diversas políticas para detener la macabra práctica, y hoy en día algunos sectores lo reconocen como el Ministro que destapó el escándalo y acabó los falsos positivos, a pesar de haber salido a la luz pública por la denuncia de los asesinatos de los 11 jóvenes de Soacha.
Ganó en segunda vuelta con diez millones de votos, la votación más alta en la historia del país. Su candidatura tuvo el apoyo de Uribe, y propuso evolucionar de la Seguridad Democrática a la Prosperidad Democrática, continuar con la presión militar a la guerrilla y formar un gobierno de Unidad Nacional, donde convergieran los grandes partidos del país alrededor de grandes acuerdos nacionales.
Como Presidente, ha llevado a cabo una ambiciosa agenda de reformas, que incluyen la ley de víctimas, la ley de ordenamiento territorial, la ley de tierras, la reforma a la ley de regalías, la reforma política y la reforma judicial. Durante su gobierno dio el golpe más importante que ha recibido la guerrilla de las Farc al dar de baja a Jorge Briceño alias "Mono Jojoy" en un bombardeo en el Meta. Empezó su periodo con el pie derecho, y podría convertirse en uno de los Presidentes más importantes de la historia de Colombia si logra sacar adelante su ambiciosa agenda política y logra firmar un acuerdo con las Farc, que fue su segunda gran apuesta.
Su segundo mandato estuvo protagonizado por el proceso de paz con la guerrilla de las Farc. Las negociaciones iniciaron formalmente el 16 de octubre de 2012 en Oslo Noruega y dos días después se dio a conocer su equipo negociador con Humberto de la Calle como jefe del equipo negociador; Sergio Jaramillo como alto Comisionado para la Paz; y a altos mandos retirados de las fuerzas armadas como Jorge Enrique Mora Rangel del Ejército y Óscar Naranjo de la Policía.
El proceso se desarrolló con una fuerte oposición. El uribismo, comunidades religiosas y un sector del conservatismo liderado por Andrés Pastrana fueron los más grandes críticos.
El 23 de agosto de 2016 concluyeron las negociaciones en la Habana Cuba y se dio a conocer el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera.
El 7 de octubre el Comité Nobel de Noruega otorgó a Santos el premio Noble de Paz, el mismo fue considerado como un empujón por parte de la comunidad internacional a las negociaciones con las Farc.
Durante su gobierno también se abrió la mesa de negociación con el Eln, esta se inició el 7 de febrero en Quito Ecuador con el liderazgo de Juan Camilo Restrepo.
El mismo día de la apertura de la mesa con el Eln, y en medio del escándalo de corrupción Odebretch, se reveló que la campaña de reelección de 2014 de Santos podría haber recibido 900 mil dólares por parte de esta empresa. Aunque su gerente de campaña lo negó y Otto Bula, el intermediario de Odebrecht para los sobornos, dijo que no le había mencionado a la Fiscalía la campaña presidencial. Sin embargo, el 7 de marzo de 2017, Roberto Prieto, su director de campaña en 2010, admitió que Odebrecht pagó 400,000 dólares para hacer unos afiches de campaña en esa época. Santos dijo que se "acababa de enterar" de que esto había sucedido violando los topes electorales y la prohibición constitucional de recibir aportes de extranjeros.