La vida perdió su encanto.

Te levantas y esa es la sensación que tienes al transcurrir el día. La misma canción se repite una y otra vez. La rutina del día no es diferente. Repites la misma escena, día tras día, hasta aburrirte. Te vuelves espectador y no protagonista. Perdiste la inocencia, la capacidad de asombro. Perdiste tu vida y no te has dado cuenta.

Malgastas tu tiempo en lo que no te sacia, inviertes tu dinero en lo que no alimenta. Pierdes horas al frente del televisor viendo la misma novela, la serie que está de moda. Sales de compras y gastas en todo lo que se te antoja, o sales de jerga con tus amigos de fiesta una semana tras otra. Para luego decir, ¿Por qué me siento estancado? ¿ Por qué no me salen las cosas?. Te llenas de ocio pero no te edificas. Llegas a casa y discutes con tu pareja, porque no tuviste un buen día, como si el otro tuviera la culpa de la tormenta que llevas dentro que seguramente no es solo un mal día. Te enoja que tus papas te pidan que ayudes en la casa , porque te sientes tan sublime e intocable que necesariamente crees que son ellos quienes deben consentirte y agasajarte. Eres un egoísta. No soportas que nadie se meta en tu vida. Eres el único que puede tomar “buenas “decisiones y eres tan inteligente que todo lo que digan estará siempre por debajo de lo que tu opinas. Quieres que todos te escuchen pero no escuchas a nadie. Quieres que todos te tiendan la mano pero no estás ahí para dar la tuya a nadie. Te quejas de todos pero no te das cuenta que tú también haces parte de todo.

Basta ya, es tiempo de dejar que todo florezca, es hora de desechar lo que estorba para que aquella vida surja con toda su fuerza. Es momento de salir de la oscuridad subterránea para recibir la luz que realmente alumbra. Es tiempo de renovarse, de renacer, como la primavera, dejar atrás el invierno para que el sol aparezca. Que su calor te arrope el alma, que su presencia te estremezca, que nazcas de nuevo para que tu dolor desaparezca.

Es tiempo de renovarse, de renacer, como la primavera, dejar atrás el invierno para que el sol aparezca. Que su calor te arrope el alma, que su presencia te estremezca, que nazcas de nuevo para que tu dolor desaparezca.

La vida no perdió su encanto, esta vida nunca lo tuvo. Terminaste de vivir en un vaivén de emociones y experiencias nuevas para por fin darte cuenta que la vida trasciende todo eso. Que los viajes que hiciste por primera vez y te llenaron de emoción , si los haces nuevamente serán interesantes pero no tendrán la misma ilusión. Que el “amor “que conociste ya no te alcanza, porque es un amor pirata, porque tu alma sigue diciéndote que algo más falta.

Para disfrutar la primavera tienes que haber atravesado el invierno. Para poder amar a alguien, tienes que sentirte amado primero.

Basta de vivir una vida así. El problema de todo es que estamos obsesionados por alcanzar algo. Un deseo personal, un anhelo egoísta. Sin tener en cuenta que fuiste diseñado por un gran artista, para algo más grande , Él te formo con forma de vasija para que en ti fluya su aceite y puedas repartir su vida. Así como lo oyes, lo creas o no, jamás vas alcanzar eso que buscas y aunque creas alcanzarlo te encontrarás de nuevo con el mismo sentimiento. Fuiste creado para amar a otros, fuiste llamado para entregar tu vida como Él entregó la suya.

Tienes talentos, dones, sueños grabados dentro de ti que palpitan por dentro. Muchos solamente necesitan la dirección y el ánimo correcto para que surja un verdadero efecto en este mundo donde toda esta desecho.

Fuiste creado para amar a otros, fuiste llamado para entregar tu vida como Él entregó la suya.

Deja de preocuparte por lo que otros dirán cuando te encamines a obedecer a aquel que te tomó por soldado. Deja de esperar a que otros te digan que eres bueno o talentoso para dar el paso. No necesitas ser aprobado por nadie, necesitas ser amado por alguien, y ese alguien es Jesús.

Todo lo que hagas, digas, o emprendas dejará al descubierto lo que hay en tu alma. La imagen que muestras, tarde que temprano va caerse y dejará ver lo que hay detrás. Si no te sientes amado, difícilmente podrás dejar el miedo, la inseguridad, la ansiedad y la vida de plástico.

TÚ, aunque hayas sido traicionado por otros, aunque ya no creas en el amor, aunque creas que nunca nadie va poder traer algo bueno a tu vida. Quiero que sepas que hay alguien que jamás abandona, que nunca nos deja, que tampoco falla, que siempre esta alerta, para cuidar de ti, para llenarte de gracia, para darte su amor, y para sanar tus heridas.

Deja de hacerte el fuerte, deja de luchar contra Él.

Porque tal manera amor Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda si no que tenga vida eterna. Juan 3:16

Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. 1 Juan 2 :17